Volviendo a Casa [Antonny]

No entendí que ocurrió con Antonny, de pronto me abrazaba y decía que no le dejara y al siguiente instante se había alejado de mi tan rápido como si yo hubiese tenido peste. Dudé un poco antes de seguirlo, pero lo hice; entré a la habitación y me quedé en la puerta, mirando. No sabía que decirle o que hacer, estaba extrañada y quería saber que sucedía, pero soy demasiado cobarde como para preguntar. Solo me quedé allí, con el semblante apesadumbrado, esperando que él dijera algo o por lo menos me mirara.

¿Qué? ¿Por qué? Si él era quien más quería pasar tiempo acá, cuantas veces me pidió que no le dejara.. ¿Es qué acaso era bipolar?. Lo seguí y tomé su mano para detenerle, sabía que algo no andaba bien, si realmente hubiese querido irse ya lo hubiera hecho, no necesitaba la puerta para eso. -Hey...- se me trabó un poco la lengua, no sabía que decirle; solo le miré uno momento y no solté su mano. -Me dijiste que no te dejara solo...- recordé y me sonrojé, pero me mantuve firme.

Le escuché pero aun así no solté su mano; a pesar de que sus ojos rojos sedientos de sangre me asustaban estaba preocupada por él. ¿Acaso estaba preparada para enfrentarme a un verdadero vampiro hambriento? No lo se, pero se que él sigue siendo solo Antonny, y no me haría daño. ¿Qué? ¿Cuándo me volví tan confiada? No importa, no le dejaría ir.
-Estás seguro de eso?- pregunté -Si respondes que si, te dejaré ir; pero se sincero...- después de todo no podía retenerlo en contra de su voluntad, y si lo que había decidido era irse, no se lo impediría.

Le abracé fuertemente para que sintiera mi apoyo, no dejaría que dañara a nadie; de alguna forma ahora Antonny me importaba, y por lo tanto no dejaría que se volviese un monstruo. Era mi responsabilidad ahora el ayudarle, eso lo sabía; y lo sentía. -No lo harás- le dije acariciando su cabello para tranquilizarlo. -No lo harás, no dejaré que lo hagas; te lo prometo. -Le sonreí cálidamente para que confiara en mi.

-Hey! pero quiero una sonrisa!- le dije intentando animarlo, no conseguía nada reteniéndole si no podía alegrarle. Le miré a los ojos y le dediqué una gran sonrisa. -Vamos, que la comida estuvo deliciosa, no te amargues y sigue disfrutando...- le recordé. Acerqué mi mano a su mejilla y la acaricié, su suave mejilla que ya no era más fría apara mi. Respiré el aroma de su cuello y recosté mi rostro sobre su hombro. -No te atormentes...-

Había cerrado la puerta, lo había conseguido. Ya no podía negarlo, quería que se quedara conmigo, esperé a que terminara de hablar y convertí el roce de nuestro labio en un beso más intenso; lo estaba deseando desde hace un buen rato. Lo abracé fuertemente, no se libraría de mis brazos, eso lo se. Así lo guié hasta mi sofá azul, sin dejar sus labios; estaba como absorta, no quería ni detenerme para respirar. Caímos sobre el sofá y yo me recosté sobre Antonny, quería sentir como me abrazaba y la suavidad de su piel; me sentía como en otro planeta.

Besé sus labios, su mejilla, su mentón y bajé por su cuello respirando su aroma y sintiendo su sabor. Era tan dulce y adictivo, no quería parar de sentirlo. Aunque mi respiración ya se había vuelvo agitada volví a besar sus labios, saboreándolos, apretándolos entre los míos; mi lengua jugaba con la suya en un baile sensual.
-No te vayas...- susurré entre besos, no quería que me dejara, estaba sintiendo cosas que nunca antes; y me gustaba, no esperaba que eso fuera a terminar.

Mientras le besaba comencé a desabotonar la parte superior de su camisa con la mano que tenía libre, volví a bajar por su cuello besandole, hasta su pecho; me recosté en él unos segundo y sentí su piel suave contra la mia. Podría pasar así una eternidad. No podía explicar lo que estaba sintiendo, los ojos de Antonny me paralizaban y me hacian perderme en ellos, su aroma me envolvía y su sabor me embriagaba.

Dejé que me besara, su voz me acariciaba y seducía, terminé de quitar su camisa en cuanto pude; recorrí su torso con mis manos, tan suave y a la vez tan firme, contorneé su silueta con uno de mis dedos y besé con cariño cada centímetro que podía. Volví a besar sus labios y lo abracé fuertemente, estaba en un frenesí que me gustaba y me dejaba sin habla.

El tiempo avanzaba y las caricias y besos eran cada vez más y más, incluso más frecuentes, más ansiosas, más cálidas. Algo como fuego me quemaba por dentro, pero no de una forma horrible, sino un calor delicioso y suave, tan suave como la piel de Antonny. Dejé un momento de lado sus labios, jugueteé con el lóbulo de su oreja y bajé por su cuello dando pequeños mordiscos y lamidas.
Aun no soltaba su mano, así que me incorporé un poco sobre él y besé el dorso de su mano con cariño, subí hasta sus largos dedos y a cada uno le di pequeños besos y succiones. Luego dejé su mano apoyada en mi mejilla y le miré, me sonrojé al pensar en todo aquello, pero esta vez no desvié la mirada; observé sus ojos que me hacían navegar en ellos y sonreí. Me sentía feliz después de todo, mi corazón latía rápidamente como nunca antes; llevaba viviendo más de cincuenta años y no fue hasta ahora que pude conocer estas sensaciones maravillosas.
No quería dejarlas ir, así que volví a acercarme a su rostro y le besé tan apasionadamente como antes, saboreando cada rincón de su boca.

Me calmé un poco al sentir la oscuridad que nos rodeaba; le abracé fuertemente y apoyé mi cabeza en su pecho, recostándome a su lado. Respiré profundo un par de veces para recuperar mi pulso normal.
Me sentía feliz y como decirlo... plena? Si, tal vez esa era la palabra. Seguí acariciando suavemente su piel y su cabello, me sentía como en un sueño.
-Esto... es real?- pregunté mirando su rostro que tenía un brillo especial gracias a la luz que reflejaba la luna.

Off:

Spoiler:

On:

Sentí como me sonrojaba ante sus palabras, nunca nadie me había dicho algo así antes; desvié un poco la mirada para que no notara mi vergüenza y asentí con la cabeza. Entrelacé los dedos de su manos con los míos y los besé nuevamente; me gustaba sentir aquel sabor dulce, no se parecía a ningún otro saber que yo hubiese probado; y eso es decir mucho ya que he estado en varios lugares y siempre la comida y los sabores son distintos. -Pero ha sido tan extraño...- dije mirando su mano a la luz tenue del exterior. -A penas nos conocemos.-

OFF:

Spoiler:

con los dedos entrecruzados - si todo a pasado rapido - voltie a ver a otro lado - pero me alegra que alla pasado - dije mientras trataba esta vez d eno curzar mirada