Calma [Esposito]

Llego a la puerta de la cocina y me debato entre si entrar o no, pero al final entro, para encontrarme una escena que ya me esperaba.

Parece que le molesta verme, lo miro seria, me acerco lentamente, saco una servilleta de tela y me hinco frente a él. Sin decir nada, presiono la herida que se había causado.

Me había pedido que no viera, como si eso fuera posible.

-Si no quieras que vea como te lastimas, me voy...

Afloje un poco el agarre.

Dejo lo que estaba haciendo... y Aly se molesta. Pues claro que está molesta, no creyó volver a verme así.

Y ya va a curarme. Pero me duele cuando presiona... Cierro los ojos por un momento.

La miro de nuevo cuando me habla así.

- No quiero hacerte sufrir todavía más.

Suspiro... Me odio.

Cuando presiono le duele, lo noto en sus gestos.

Le digo que puedo irme si quiere seguir lastimándose, lo miro cuando me contesta. Río irónica y ya no ejerzo presión en la herida, lo miro.

-¿Debo tomar eso como un sí?... porque sinceramente da igual si me voy o me quedo contigo ahora, igual sufriré pero prefiero mil veces estar contigo.

No dejo de mirarlo, después de un rato bajo la mirada y veo la servilleta que ahora esta completamente roja.

Sus palabras... su modo de decírmelo... me hacen llorar de nuevo.

- Lo siento...

Me pego más contra la pared.

- No quiero que te vayas, no quiero que me dejes. Sé que quieres un chibi pero no puedo... No puedo condenar a un niño a tener un papá como yo, que no sabe cómo es una familia, que no le importa la gente que no está en su rango de edad aparente... ¡los adultos apestan!

Pego la cabeza contra la pared.

- No quiero convertirme en mi padre... Si te hago sufrir demasiado, déjame pero no permitas que asesine tu sonrisa.

Ya no sé, si realmente quiere que me vaya o no, pero le digo la verdad, me vaya o me quedé sufriré igual, pero prefiero quedarme con él.

-No me iré entonces, no te dejare.

Lo escucho y de nuevo con eso, suspiro largo, me siento frente a él, le quito las lagrimas, con la mano que tengo libre.

-Amor... tu no condenarías nadie, yo siempre sostendré que serías un excelente padre, no tengo dudas, pero lo importante es que tú no las tengas.

Se que le duele su brazo, pero bueno... me acerco y lo abrazo, me macho un poco de sangre la ropa, pero para lo que me importa, acaricio su cabello.

Yo no creía muchas cosas que decía, porque simplemente no lo veía así, pero en estos momentos lo que menos importaba era mi percepción.

Pega su cabeza contra la pared.

-No te convertirás en tu padre, eso no pasara.

Pero luego... me dice algo que me lastima demasiado, desvió la mirada.

-Si me alejas de ti, tú estarás asesinando mi sonrisa, ahora... solo no se como sonreír de nuevo, pero se que puedo, pero si me alejas no sería capaz de sonreír nunca más.

Mi voz tiembla cuando hablo.

Exhalo lento... aliviado. Se quedará.

Aly quita mis lágrimas y de nuevo niego.

- No puedo creerlo Aly...

Me abraza. La rodeo con mis brazos, sin importarme el dolor. El dolor me tranquiliza, su cercanía me tranquiliza y trato de calmarme con todo esto.

Admito la verdad... no quiero convertirme en mi padre y hacer con un chibi lo mismo que hicieron conmigo.

Prefiero sufrir yo a que sufra ella, pero... sigue sufriendo. Acaricio su mejilla.

- Me gustaría ser diferente Aly... pero tengo desde razones tontas hasta razones que ya oíste para no querer un hijo. Y... lo siento. Porque esto te hace sufrir.

Me duele que diga que no puede hacerlo, me duele porque se que él es bueno y no haría nada malo, pero él tiene que creerlo. Yo siempre lo creería así.

Lo abrazo y el me abraza también, cierro los ojos al sentir su abrazo, creí que no lo haría está lastimado.

Me dice que no quiere pacerse a su padre, y le digo que no lo hará pero igual no me cree.

Acaricia mi mejilla, lo miro aún más triste, no podía evitarlo, no podía ocultarle más como me sentía. Desvió la mirada cuando dice que tiene muchas razón para no querer tener un bebé.

No puedo verlo a los ojos, recargo mi cabeza en su hombro y suspiro largo.

Sólo la abrazo y la acaricio... Verla tan derrotada me duele porque yo la pongo así.

Exhalo... lento. No sé qué decir, sólo lo estoy arruinando más y más.

Así que me quedo callado... dejo que el tiempo transcurra porque francamente estoy perdido. La amo y no quiero perderla.

Beso su cabello

Me abraza, y acaricia mi cabello, cierro los ojos e intento calmarme de nuevo.

No sé que más puedo hacer, me duelen muchas cosas, ciertamente me duele más ahora que mi esposito no quiera tener un bebé conmigo, pero me dolía también que él estuviera así.

Lo abrazo fuerte, se me cruzo una mala idea por la cabeza, cierro los ojos y sacudo la cabeza para alejar eso.

Después de un rato, abro los ojos y lo miro, me acerco lentamente buscando sus labios, pero le doy un beso en la comisura de los labios, le sonrió un poco, casi nada.

No me quiero mover, quiero estar así un rato más.

Y estoy aquí... de nuevo en la cocina, herido por mi propia mano y haciendo sufrir a la persona que más quiero.

No sé ni qué hacer. No creo estar consolándola de verdad, pero aún así no cesan mis caricias.

Me da un beso desganado y yo le respondo con un piquito.

- Ven...

La cargo y voy con ella de regreso a la habitación.

- Me quedaré contigo... ¿está bien?

Le doy un beso en la comisura de los labios, no se pero no me nace darle un beso bien dado, él me da un piquito, sonrió un poco.

Me carga y regresamos a la habitación, lo miro sorprendida pero me tranquiliza saber que se quedara.

-... ¿Te puedo abrazar?...

Murmure pegando mi cabeza a su pecho, llegamos a la habitación, me deja en la cama. Lo miro a los ojos.

Por favor, di que sí.

La llevo cargando hasta la habitación... aunque todo esto me duele demasiado.

La abrazo...

- Por supuesto que sí.

Beso su frente y acaricio su espalda. La amo... y no quiero que me deje por esto.

Me carga y me lleva a la habitación, le pregunto si puedo abrazarlo, lo necesito pero tampoco quiero obligarlo a nada, respiro aliviada cuando dice que sí, nos acostamos, besa mi frentey me abraza, acaricia mi espalda, sonrió aunque no me ve.

-Gracias...

Murmure y lo abrace fuerte, muy fuerte. Lloro un poco en silencio, esto me duele mucho y tengo miedo que se aleje.

Pero yo sí quiero, quiero un bebé con él. ¿Por qué es tan malo? No lo entendía. Kiyo era bueno, de eso no tenía dudas.

Me acuesto con Aly y la abrazo. Sé que no puedo tranquilizarla y sé que es mi culpa.

- No tienes que agradecerme. Te amo y estoy contigo aunque en esta ocasión soy el responsable directo de tu tristeza. Pero te amo... Espero que sigas sintiéndolo...

Me miro la herida ya prácticamente cerrada. ¿Por qué tenía que pedirme la única cosa que no quiero darle?

Lo miro cuando habla, le doy un beso en la mejilla.

-También te amo Kiyo. Espero que eso no lo dudes.

Murmuro mirándolo a los ojos, acaricio su mejilla y asiento.

-Lo puedo sentir…

Me acerco y le doy un piquito largo. Recargo mi cabeza en su pecho sin dejar de abrazarlo y me quedo dormida en sus brazos.