Llegando a la mansión (Lenah) (+18)

Después de unos minutos en coche por ese camino, aparece ante nosotros una impresionante mansión. Sonrío y suspiro con satisfacción al verla, había echado de menos esos bellos parajes, y también había echado de menos la casa. Verla de nuevo me produce una sensación de bienestar.
El coche se para delante de la puerta y miro a Lenah sonriendo.

- Hemos llegado, ¿qué te parece?

Me echo a reír al escuchar la comparación.

- Me alegro de que te guste, ven, entremos.

Le ofrezco el brazo caballerosamente y entramos en la mansión. En el vestíbulo nos estaban esperando todos los miembros del servicio para recibirnos. Le presento a Lenah al mayordomo y al ama de llaves, quienes nos dan la bienvenida y luego la llevo para enseñarle todas las habitaciones.

La llevo por todas las habitaciones para que las viera y conociera la casa. La mansión era enorme y la gente se perdía con facilidad al principio.
Sonrío al escuchar su pregunta y asiento.

- Sí, es mía. La tengo desde... uff, ni me acuerdo pero... siempre ha estado en perfectas condiciones y es un buen sitio para vivir.

Termino de enseñarle la casa y la llevo a ver el jardín.

Me echo a reír al ver como se oculta detrás de un árbol y me dice que creía haberse perdido. Vuelve a ocultarse y por un momento la pierdo de vista.
Sonrío y empiezo a buscarla. No me alejo mucho ya que sabía que ella estaba por allí, cerca.
Vuelvo a reír divertido.

- ¿Dónde estás, mi amor?

Escucho su risa y noto como se alegra mi corazón. Su risa era el sonido más delicioso del mundo y deseo desde ese mismo instante oírla reír por toda la eternidad.
Veo como corre y salgo corriendo detrás de ella, pero vuelvo a perderla de vista. Sigo buscándola y escucho lo que dice.
Sonrío.

- Claro, me encantan los árboles.

Río y al final la veo. Sonrío y la atrapo entre mis brazos.

- Te atrapé

Sonrío divertido al notar como se sobresalta y la estrecho aun más entre mis brazos, pegándola a mí. Me quedo pensativo al escuchar su pregunta. ¿Qué que premio quería? Desde luego, quería un premio por haberla atrapado y ya sabía cual.

- ¿Premio? Desde luego, quiero mi premio.

Le sonrío y la atraigo aun más hacia mí, rozando mis labios con los suyos.

Vuelvo a sonreír mirándola y la pongo contra el árbol, sin dejarle ninguna escapatoria. Cuando se trataba de ella lo quería absolutamente todo, pero jamás iba a obligarla a hacer lo que ella no quisiera hacer. La amaba demasiado para eso y tampoco estaba en mi naturaleza.

- No, pero el resto lo tomaré más tarde, por la noche, si a ti te parece bien.

Le sonrío y juego con un mechón de su pelo.

Sonrío y asiento mirándola antes de devolverle el beso. Allí se estaba de maravilla. La suave brisa acariciaba las hojas de los árboles. Todo estaba en silencio exceptuando el canto de los pájaros y estábamos completamente solos.
Me aparto de ella suavemente.

- ¿Qué te apetece hacer ahora?

Me quedo pensativo. ¿Un lago? si mi memoria no fallaba, había un lago en los alrededores de la mansión. Era bastante grande y sus aguas eran cristalinas, como la superficie de un espejo. Era un sitio tranquilo ideal para bañarse, y lo mejor de todo es que nadie podía verte.

- Sí, hay un lago por aquí cerca, es un sitio tranquilo y solitario, nadie puede verlo a no ser que vaya allí o se lo encuentre de casualidad.

Le sonrío y asiento.

- Por supuesto.

Salimos del jardín y de la mansión y la llevo por un camino a través del bosque. Enseguida llegamos a un precioso lago. El agua estaba muy tranquila, parecía la superficie de un espejo. Y los últimos rayos del sol lo iluminaban como si fuera oro puro.

El sol desaparece en el horizonte y el cielo se cubre de estrellas. Veo como Lenah se quita las sandalias y se suelta la cremallera del vestido, dejándolo caer al suelo. Se acerca al agua y se mete en ella.
Escucho su pregunta y sonrío mirándola, negando con la cabeza.

- No, de momento no.

La observo mientras va entrando en el agua hasta que se sumerge por completo. Me siento y me apoyo contra un árbol y espero sin preocuparme ya que sabía que no necesitaba aire. Al rato sale a la superficie echándose el pelo hacia atrás.
Sonrío al verla. Esa noche había luna llena y Lenah estaba justo en su reflejo, iluminada por su pálida luz.

- Estás preciosa bajo la luz de la luna.

Asiento mirándola y luego me quito los zapatos y la camisa. Me acerco al lago y entro en el agua. El agua estaba fría pero yo no siento la temperatura ya que yo era más frío que el agua.
Pierdo pie y nado hasta ella suavemente. La abrazo al llegar a su lado y le sonrío cariñosamente.