Primera noche en Forks (Libre)

Finalmente había llegado a lo que se convertiría mi hogar: Forks... No conocía a nadie pero tampoco conocía el pueblo, jamás había estado allí. No tenía en donde alojarme y no sabía que opciones tenía, así que recurrí al hotel. 'No se si esto me convertirá en una persona independiente' pensé al recordar que de ahora en adelante viviría lejos de mis padres 'De todos modos vale la pena el intento... supongo'.

Entré al hotel cargando con mi escaso equipaje y pedí una habitación. Tras abonar me condujeron a mi cuarto en donde dejé mi valija y mi bolso. Podía acomodar mis cosas, sí, o podía recostarme a descansar. Tenía una bandeja con sandwiches en el bolso, pero comería más tarde. Yo quería respirar el aire, observar el lugar... Así que cerré la puerta con llave y salí afuera. No avisté a nadie allí. C0mencé a recorrer los alrededores del edificio hasta que decidí sentarme en el suelo. Me recosté contra la pared.

También tuve ganas de fumar cigarrillos, como en Nueva York, como en los viejos tiempos. A veces lo extrañaba pero no podía volver a eso con todo lo que me había costado. Ahora estaba en un nuevo espacio, más frondoso y en donde podía divisar el cielo... No las estrellas quizás, porque estaba nublado. Pero no importaba, ese ambiente me tranquilizaba. 'No voy a volver a fumar' Me dije a mi misma.

llevaba todo el dia encerrado en el hotel y tenia ganas de salir y tomar un poco el aire aunque pareciera una tonteria ya que no sentia ni frio ni calor pero bueno. En cuanto sali de la habitacion del hotel un olor extrañamente dulce me llego de repente, si habia una humana por alli. Sin poder evitarlo me guie por aquel olor tan delicioso llegando hasta las afueras del hotel y la vi, una chica joven de unos 18 19 años, seguramente era nueva en el lugar o una turista.
Me coloque a unos metros de ella sacando un cigarrillo y encendiendolo mirandola de reojo pero sin demasiado interes para no levantar ningun tipo de sospecha.

Habían pasado algunos minutos desde que me había sentado allí, en las afueras del hotel. No había aparecido alguien que pudiera hacerme compañía o que pudiera causarme problemas. Estaba tranquila. De pronto dirigí mi mirada hacia mi izquierda y avisté una figura de un hombre, o un joven... No podía asegurarlo porque la oscuridad me impedía ver claramente. Solo alcancé a ver su cabello rubio que parecía ser incandescente; no parecía real.

Pero lo que vi a continuación me llamó aún más la atención. Lo vi encender un cigarrillo. Parecía una broma del destino. ¿A caso me estaba provocando? No. Era solo mi imaginación. Pero en fin... ¿Que podía hacer un cigarrillo? Yo estaba más sola que nunca y esa adicción siempre había resultado ser una buena compañía. Quizás por eso esa molesta necesidad había reaparecido ahora, después de dos años...

-¿Me combidas con uno? -Solté al extraño y al instante me arrepentí. Detestaba esos momentos en que mi fuerza de voluntad no era suficiente. Esos momentos de debilidad eran escasos, rara vez me ocurrían. Pero cuando pasaban, nunca acababan en nada bueno.

De todos modos ya había soltado esas palabras y no había nada que pudiera hacer. Solo me quedaba esperar su respuesta.

sonrei disimuladamente y la mire ofreciendole uno del paquete y el mechero para que pudiera encenderlo, esto iba a ser divertido cuando me acerque para que lo cojiera su olor me invadio por completo y mis ojos se tornaron a negros pero pense que ese no era el mejor momento para actuar y decidi tranquilizarme un poco
-claro aqui tienes, eres nueva por aqui verdad¿?-dije mirandola levemente a los ojos

Efectivamente había cometido un error. El extraño accedió con amabilidad a combidarme con un cigarrillo y yo no lo iba a rechazar. Es sólo un cigarrillo pensé. tomé el mechero y el paquete en mis manos. Pero cuando ese joven se acercó algo más que la idea de retomar mi antiguo vicio me perturbó. Su mirada era extraña, intensa... Ese ser era extraño. y no me refiero a la clase de extravagancias que se encuentran en Nueva York. Su rareza me infundía desconfianza pero me atraía a la vez. Le agradeci con una timida sonrisa y tras encender un cigarrillo respondí a su pregunta:

-Sí, soy nueva aquí. ¿Y que hay de ti? ¿Vives aquí o estás de paso? ¿Cuál es tu nombre? -Dije y luego me reproché a mi misma por haber hecho tantas preguntas juntas. Pero los químicos del cigarrillo ya estaban entrando en mi cuerpo y nada me importaba.

vaya lo que yo pensaba era nueva y no conocia mucho de este lugar, no te su noerviosismo y ese olor me embiagaba y me hacia sonreir levemente mientras le daba otra calada a mi cigarro.
-digamos que llevo aqui unos meses y en un principio estaba de paso pero me gusto el sitio y me quede. Mi nombre pues me llamo bryan pero puedes llamarme bry si quieres y el tuyo¿?- dije mirandola a los ojos

-Brenda -respondí sonriendo timidamente -pero puedes llamarme Bren.
Dije, fijandome en su intensa mirada y en su embriagadora sonrisa. Mis nervios fueron en aumento. Daba la impresión de que ese chico me deseaba pero no tenía claro en que sentido; no estaba segura de que fuera algo bueno de todos modos.

Quería terminar de fumar ese cigarro tranquila, quería quedarme y charlar con él, pero estaba asustada. No estaba acostumbrada a confiar en extraños... Jamás lo había hecho en Nueva York, ¿Porque habria de hacerlo aquí?

-Se que te pedí un cigarro, ¿pero sabes? Esto no está bien. Este era mi antiguo vicio pero no quiero volver, fue solo un impulso -Dije, y luego apagué el cigarrillo contra el suelo y le devolví el mechero y el paquete a Bryan. -Gracias de todos modos. Quizás lo mejor sea que entre al hotel, estoy empezando a tener frío. -Me levanté con algún esfuerzo y comencé a caminar hacia la entrada. Luego me volví para acabar de despedirme... -Si sigues por estos lados probablemente nos encontremos.. Me ayudaría mucho que alguien me muestre la ciudad -Dije con soltura y con una sonrisa. Seguí caminando..

vaya asi que estaba asustada e intentando dejar de fumar jejeje si era un vicio muy malo, recupere mi mechero y la mire mientras se iba sonriendo y cuando se dio la vuelta un brillo fugaz hizo que me acercara y fuera cortes para que no hubiera ningun tipo de sospechas.
-te acompaño si quieres no creo que queden lejos nuestras habitaciones-dije con amabilidad

Acepté su invitación. Probablemente me estaba sugestionando demasiado. Que el hombre fuera extraño no significa que fuera malo. De hecho, parecía agradable. Cuando entramos al hotel (que estaba iluminado) no se veía tan espectral como en la oscuridad, al contrario... Es muy probable que mi mente me estuviera jugando malas pasadas ya que tenía que adaptarme a mi nuevo hogar.

Subí las escaleras en silencio. Me sentía un poco tonta. Tenía mil temas sobre los que hablarle pero no me animaba... No sabía si era lo correcto, había sido muy grosera. Lo guié por los pasillos hasta que llegamos a la puerta de mi habitación y me animé a romper el silencio.

-Aquí es, no se que tan cerca quede tu habitación... - Dije rascándome el brazo, algo que solía hacer cuando estaba nerviosa. Luego me obligué a tranquilizarme. El chico me agradaba en verdad y había sido muy cortés al acompañarme. No conocía a nadie allí, él era la primera persona. Por eso sonreí y luego me disculpé... -Perdón si me quise ir muy bruscamente... no conozco a nadie aquí y estaba un poco nerviosa -me reí. -Gracias por la compañía -fruncí los labios y luego miré para abajo. No quería encontrarme con su mirada porque no sabía lo que él estaba pensando...

note como su mirada bajaba, no entiendo porque se sentia nerviosa si aun no habia hecho nada aunque eso daba igual y al parecer nuestras habitaciones estaban mas cerca de lo que parecia la mia era la puerta de enfrente a la suya y no pude evitar sonreir.
-jejeje pues diria que enfrete basicamente jajaja y no tienes porque estar nerviosa ni nada si quieres te puedo hacer de guia por aqui-dije mirandola sonriendo levemente

Lo que Bryan decía tenía sentido. Mi nerviosismo era absurdo, estaba paranóica. Me empecé a reír sola de mis tontos malos presentimientos y de mi rebuscada imaginación. Me olvidaba de que no estaba en plena ciudad, en un oscuro calléjón sin salida, estaba en un hotel de Forks y tenía que disfrutarlo. Me apoyé contra la pared, me relajé. Sus palabras me habían reconfortado. Lo miré a los ojos y sonreí. Entonces dije lo que en verdad debía decir...

-Muchas gracias. Tienes razón. Disculpa, estoy un poco cansada. Pero me alegra que estemos cerca, eso significa que te volveré a ver. Me encantaría que me mustres diferentes lugares en Forks. Pero ahora necesito descansar. Tuve un viaje largo... -Rodé los ojos y deje salir un suspiro. Puse la llave en la cerradura y abrí la puerta para entrar.

la mire son una sonrisa y asenti, se la notaba la cara de cansancio asi que decidi hacer lo propio y dejarla ir a descansar metiendo mi llave en mi cerradura y abriendo tambien la puerta para entrar y antes de que se cerrara la suya alcance a decir algo.
-si quieres que desayunemos en el restaurante juntos dimelo o toca a la puerta-dije sin dejar de mirarla a los ojos

Bryan me invitó a desayunar pero yo solo asentí con la cabeza. Mañana sería otro día. Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué a mi bolso. Ahora tenía menos ganas de desempacar. Así que solo tomé mi bandeja con sandwiches y los deboré. Tenía tanta hambre que probablemente no sentí el sabor... Fui al baño, me lavé los dientes y regresé al cuarto. Tenía que tomar ropa limpia para bañarme y acostarme. Tenía el cuerpo frío. Me recosté dos segundos y me quedé dormida...

Esa noche soñé con mucha gente... gente sin rostro, por todos lados, bastante aterrador... Me desperté agitada y noté que para ese entonces ya eran las doce del medio día. Estaba hecha un desastre. De verdad necesitaba un bañp, y comer... Tomé unos jeans y un buzo abrigado de mi bolso y me metí a la ducha. El agua caliente sobre mi cuerpo se sintió realmente bien. tuve suerte de no pescar un resfriado.

Cuando estuve pronta recordé la invitación de Bryan para el desayuno. Ya era la una y media de la tarde... Ir a golpear a su puerta era una pésima idea. Aunque quizás quisiera almorzar. Con golpear no perdía nada además se me haría más fácil el encontrar un restaurante.

Salí de mi habitación y golpé la puerta de enfrente...
-Bryan.. dije suavemente, y esperé a ver si estaba en su cuarto o se había ido.

como yo no podia dormir dada mi condicion de vampiro me quede leyendo un libro toda la noche y parte de la mañana hasta que oi una voz tras la puerta, era bren que se habia despertado tarde, deje el libro encima de la mesa y abri saludandola e invitandola a entrar para tomar un refresco antes de irnos.
[color=brown]-pasa y ponte comoda, te apetece tomar algo¿? una cerveza un refresco¿?-[color]dije mirandola curioso

Bryan abrió la puerta y me invitó a pasar. En realidad no me sorprendió que se encontrara en su cuarto. Me invitó una bebida..
-Buen día. Me quedé dormida. Estaba cansada... Refresco está bien. No se me da bien la cerveza sin haber comido nada. Sonreí.

Comencé a explorar la habitación con la mirada. Estaba bastante más arreglada que la mía. -Linda habitación. Observé que había un libro sobre la mesa. -¿Que estás leyendo? - le pregunté con curiosidad

me alago en cierto modo que se fijara en que estaba ordenada ya que tenia mucho tiempo libre aprovechaba para ponerlo todo en su sitio si no estaria algo desaliñado todo.
cuando me fije en lo del libro ya le traje el refresco y le comente que era una novela de hacia unos años que me gustaba.
-se llama leyendas de los otori y me encanta son 5 libros y este es el 3º, te tu refresco-dije con una sonrisa

Levanté una ceja. No tenía idea de que libros se trataba así que solo asentí.
-Muchas gracias -le dije, tomando el refresco en mis manos. -Así que eres un lector aficcionado- me reí.

Luego observé que había traído un refresco para mí, pero no para él.
-¿Tú no tomas nada? -pregunté algo sorprendida, cuando en realidad no tenía nada de raro.
Dirigí mi mirada a la cama. Parecía cómoda. Tomé un trago y sentí el frío pasar por mi garganta. Fue realmente placentero, tenía sed.
-¿Te molesta si me siento?

sonrei y trate de evitar el que mencionara que yo no tomaba nada, tenia que pensar rapido y me decante por lo mas logico,-no tengo sed ahora, y si puedes sentarte ponte comoda no pasa nada jeje,dije sentandome en uno de los lados de la cama mirandola de reojo con una pequeña sonrisa

Me senté en la cama lentamente junto a él. Tenía ganas de reirme, no se por qué, pero me contuve. Bryan me estaba mirando y no quería que se de cuenta así que tomé dos grandes tragos de refresco.
-Tú te lo pierdes, está muy rico. -dije solo para pelearlo. Luego me quedé callada por unos segundos, tuve una idea.
-Em.. tengo que ir a la discoteca hoy de noche, por un tema de trabajo. Soy bailarina, o al menos hago el intento -dije riéndome -Pensé que podrías acompañarme, si no te molesta... dije mirándolo a los ojos

vaya una invitacion a salir como acompañante mira tu que bien eso podria ser interesante asi que decidi que seria divertido y tenia ganas de divertirme asi que que mejor que ir con ella.
-claro que me gustaria acompañarte jeje y creo que ahora que empieza ha haber hambre deberiamos ir a comer, y por cierto, invito yo-dije guiñandola un ojo

Bryan me guiñió el ojo y eso me causó cierta simpatía. Un almuerzo gratis, eso no sonaba nada mal. Principalmente por el hecho de que tenía muchísima hambre. Lo miré y me sonreí.
-Resultaste ser todo un caballero chiquillo- dije riéndome. -Vamos, tengo hambre también, ayer de noche comí poco -dije, recordando lo pequeños que eran los sandwiches.
Me levanté de la cama y dejé el vaso vacío sobre la mesita de luz, así podríamos largarnos de allí.

La mire como se levantaba y la abri la puerta cojindo las llaves del todoterreno y la guie hasta el parking, uma vez alli subimos al coche y pusimos rumbo a un restaurante en el que me conocian ya que a veces ayudaba en la cocina.
Cuando llegamos nos sentamos en uma mesa esperando.a que nos atendieran.

Off: me voy a dormir seguimos.mañana respondelo y mañama contesto

El viaje fue corto. Cuando quise acordar ya estabamos en el restaurante. El lugar era humilde, pero pulcro. Me agradaba. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Era lindo mirar a través del cristal y no ver un montón de gente pechándose.

Miré a Bryan que estaba sentado frente a mí.
-Gracias por todo -le dije -estás siendo un buen guía. No solía ser una persona muy expresiva pero pensé que se lo merecía. Se estaba portando muy bien conmigo.

sonrei cuando me dio las gracias, estaba cojiendola cierto cariño a la chica y puede que la dejara vivir, me lo estaba replanteando.
Cuando marcos nos trajo la comida le dio su plato a ella y a mi me dio una ensalada ligera ya que a mi la comida no me afectaba en absoluto y el lo sabia.
-bueno pues al ataque se ha dicho no¿? que aproveche-dije con una sonrisa mientras empezabamos a comer

El mozo trajo los platos. Me sorprendí al ver que Bryan comería nada más que una ensalada. Era algo muy liviano para ser hombre ya que ellos suelen comer en grandes cantidades.
-¿Estás a dieta? -pregunté riéndome, y comencé a comer mi plato de pastas, que por cierto, sabía muy bien.

Luego recordé algo que quería comentarle.
-¿Sabes? Cuando decidí mudarme, pregunté a la persona que me sugirió que viniera a Forks si había alguna playa interesante a la que ir. Pese a que me encanta la lluvia algo de veraneo no viene mal de vez en cuando. Y me respondió que sí. Me recomendó que fuera a La Push. Dijo que no es lejos de aquí y que además es una playa poco poblada. ¿Alguna vez has ido?