Llegando a la mansión (Lenah) (+18)

La beso de forma apasionada mientras vuelvo a acariciarle los costados suavemente, subiendo y bajando sin parar.
Me excito al notar su suave jadeo. Le aparto el cabello que le cubría el cuello, dejándolo al descubierto, y se lo rozo con los labios, muy suavemente. Cierro los ojos momentáneamente, disfrutando de la suavidad de su piel.

Su cuerpo empieza a calentarse, y el mío también. El deseo que siento se va haciendo más y más intenso, haciendome desear aun más.
Se da la vuelta, quedando yo ahora encima de ella. Gira la cabeza, dejando el cuello al descubierto, como una deliciosa invitación. Sonrío y me dejo llevar por el deseo de morderla.
La muerdo, clavándole los colmillos con suavidad, y al instante saboreo su sangre.

Muerdo con un poco más de fuerza, disfrutando del sabor de su sangre y del simple hecho de morderla. Me pego a ella, notando como su cuerpo se relajaba a medida que el dolor remitía.
Sigo mordiéndola, notando sus suaves caricias en el pelo. Quedo saciado y me dejo caer a su lado con los labios manchados de sangre y los ojos rojos. Le acaricio suavemente la herida del cuello.

Se inclina hacia mí y me acaricia el cuello con los colmillos. Ladeo la cabeza y suspiro al sentir sus colmillos hundiendose en la piel de mi cuello. Empieza a beber mi sangre con deseo. Me quita el boxer y se recuesta contra mí ligeramente.
La abrazo por la cintura mientras enredo los dedos en su pelo, acercándola más a mí y le acaricio la espalda suavemente.

Sigue bebiendo de mi cuello hasta que se queda completamente saciada. Mi cuerpo se relaja cuando se separa de mí mirándome con los ojos ligeramente más oscuros y los labios manchados de sangre.
Le sonrío y cierro los ojos al sentir como me besa en la herida antes de volver a besasrme, con deseo. Noto el sabor de mi misma sangre en sus labios y le devuelvo el beso con el mismo deseo y ardor que ella.

Me acerca más a ella, enredando una mano en mi pelo. Aumento la intensidad del beso, pegándome a ella. El deseo que sentía estaba creciendo más y más con cada roce de su piel, consumiéndome por dentro.
Tira de mí y me pongo encima suyo. La acaricio apasionadamente, dando rienda suelta al deseo. Me froto contra ella y en un determinado momento la penetro con firmeza pero sin hacerle daño.

Se arquea con un gemido de placer y empiezo a empujar con fuerza pero sin hacerle daño. El deseo que sentía me estaba consumiendo y necesitaba dejarlo salir para evitar que me abrasara por dentro.
Le devuelvo el beso y sigo acariciándola de manera ardiente y apasionada, recorriendo todo su cuerpo como si mi vida dependiera de ello.

Me pega más a ella, rodeando mi cintura con las piernas. Sonrío y sigo acariciándola, excitado al escuchar sus gemidos.
Me muerde el labio y me empuja hacia un lado. Apoya las manos en mi pecho y empieza a moverse, lentamente al principio y luego con más rapidez, a medida que la excitación aumentaba.
Empiezo a gemir de placer y deseo y cuando me besa con intensidad se lo devuelvo con su misma intensidad.

Me besa y me muerde el cuello sin hacer demasiada fuerza. Sigue moviéndose encima mío sin bajar la intensidad. Me arqueo debajo de ella gimiendo de placer. Acaricio su piel, cada vez más ardiente, y al atraigo hacia mí besándole el cuello apasionadamente.
Noto como desliza desde mi cuello hasta mis labios y le devuelvo el beso, mientras me clava las uñas en mi pecho.

Aumenta más el ritmo y me arqueo de placer, clavando las uñas en el suelo y mordiéndome en el labio con fuerza en un intento de controlar los gemidos, ya que la excitación de los dos se estaba haciendo insoportable.
Me besa de forma fiera, rayando en la violencia. Le devuelvo el beso y sonrío al escuchar su pregunta.

- ¿Sabes? Yo me hago la misma pregunta.

Vuelvo a arquearme y termino dentro de ella, jadeando.

Al terminar, Lenah se deja caer en mi pecho, exhausta. La envuelvo entre mis brazos sin decir nada. La excitación y el deseo que habíamos sentido habían sido insoportables. Tenía los labios manchados de sangre y el pecho lleno de arañazos.
Me besa en el cuello y me hace una pregunta. La miro, todavía aturdido por la violencia a la que habíamos llegado, y sonrío mirándola.

- A esta.

Me inclino sobre ella y rozo sus labios con los míos con delicadeza, besándola.

Cierro los ojos para sentir todavía más el contacto de sus labios contra los míos. La tormenta había cesado por completo pero el cielo seguía estando nublado. Jirones de nubes negras como la misma noche mostraban unos débiles rayos plateados procedentes de la luna, que apenas alcanzaban para iluminar el entorno, pero a mí me bastaba para ver a Lenah y sentirla a mi lado.
Me acerca más a ella, volviendo a besarme.

Se apoya ligeramente en mi pecho pero aun así no puedo evitar soltar un leve quejido de dolor. Me dolían los arañazos que tenía en el pecho y suspiro de alivio al notar como se separa.
La miro y la acaricio en la mejilla suavemente al ver su expresión de culpabilidad. Le sonrío.

- No te preocupes, mi amor.

Vuelvo a sonreír y paso una mano por mi pecho, usando mi don para curarme.